Miles de personas vienen a disfrutar de sus vacaciones al sur de Tenerife, atraídos por su fantástico clima y por la variedad de actividades que se pueden realizar al aire libre.
Los amantes del mar y los deportes náuticos encuentran en la isla un destino en el que practicar esquí náutico, vela, windsurf o sumergirse bajo sus aguas haciendo submarinismo. Además de estas actividades, el sur de Tenerife ofrece una oportunidad única y que pocos lugares del mundo puede ofrecer, nos referimos a la práctica de la observación de cetáceos en libertad, o más conocida por su nombre anglosajón “whalewatching”.
Esta actividad turística se sustenta en un recurso natural que nos brinda una vez más la gran biodiversidad marina que albergan nuestras islas. Con una treintena de especies diferentes de ballenas y delfines, Canarias es uno de los pocos lugares del mundo donde puede observarse tal variedad de cetáceos, siendo destacable la presencia de una colonia residente de calderones tropicales en el suroeste de Tenerife. El hábitat de esta comunidad de calderones comprende una franja marina que se extiende desde Punta de Teno hasta Punta Rasca y que fue declarada como Zona de Especial Conservación por la directiva Hábitat en el 2011.
Este recurso natural, no debería explotarse de forma ilimitada y/o irracional como ha ocurrido con muchos recursos pesqueros, los cuales han menguado en su mayoría, llegando en algunos casos a su práctica extinción. El desarrollo turístico de la zona costera adyacente al hábitat de los calderones ha traído consigo un aumento en la oferta de ocio marítimo. Son varias las empresas autorizadas a la observación comercial de cetáceos en la zona, las cuales cumplen en su mayoría las normativas estatales y autonómicas que regulan la observación de cetáceos en libertad, establecidas para asegurar la supervivencia de los animales y garantizar la sostenibilidad de la actividad. Pero a estas embarcaciones hay que sumar todo tipo de barcos, que aún no estando expresamente autorizados a realizar la observación de cetáceos, visitan los grupos de animales de forma regular. Además, los barcos de pesca artesanal y deportiva faenan de forma asidua en la zona y diferentes tipos de embarcaciones de alta velocidad, como son las motos de agua, cruzan las zonas donde habitan los animales.
Ahora bien, ¿sabemos si este exceso de barcos y actividades náutico-pesqueras, puede ser perjudicial para estas poblaciones de cetáceos?
Con el fin último de responder a esta cuestión, nace MITCALD, cuyo objetivo principal se basa en determinar los factores de riesgo a los que están expuestos los calderones tropicales que residen en el sur de Tenerife. Tales como; la contaminación acústica generada por los barcos que visitan asiduamente a los grupos de calderones y otros cetáceos; evaluar si existe competencia entre los calderones y el sector pesquero por los recursos alimenticios; y establecer las áreas donde existe una mayor probabilidad de colisión entre el tráfico marítimo y esta especie.
Durante este año 2015, venimos desarrollando varias campañas de estudio, con el objetivo final de proponer un plan de medidas de mitigación, basado en datos científicos, que permita garantizar la compatibilidad del desarrollo socioeconómico con la conservación de los elementos naturales y ecológicos.
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